Sabor
Los vientos, la madera, la bodega, la uva. Son muchos y complejos los elementos responsables del sabor de Carlos I.
El viento de poniente atlántico, húmedo y fresco, moldea los sabores más nobles, como los de madera de barco, tierra mojada, tostados,… y el viento seco y racheado de levante trae aromas mediterráneos; piel de naranja, mimbre, vino viejo, albaricoques y ciruela.
Durante la maduración en botas de roble americano que han contenido selectos vinos de Jerez olorosos y amontillados por un tiempo superior a 20 años, se produce el último milagro, el amontillado le aporta finura y sabores almendrados y avellanados, mientras el oloroso lo enriquece con aroma a nuez, roble viejo y mayor tanicidad, alcanzando así el bouquet, el sabor noble y elegante de nuestro brandy.